miércoles, 17 de septiembre de 2014

Carta de Jose Ramón Sainz Morquillas



PETICIÓN DE AYUDA. LA CORRUPCIÓN PARECE CONTINUAR EN FORMA SURREALISTA.
Vuestro miserable lehendakari Iñigo Urkullu carece de cualquier tipo de honradez y, aún peor, de toda capacidad de análisis sobre la realidad, la imaginación y sus recorridos. En política, es habitual que tal falta de visión conduzca inevitablemente a la catástrofe, más aun si no se dispone de censores, corruptos o sicarios capaces de ejecutar sus labores desde el inicio con la mínima y debida eficacia. Es por ello altamente recomendable sacar a cualquier Bárcenas o Viar del cesto, pero, en vez de sacar la basura, como debiera hacer de no necesitar de ella en forma acuciante y oculta, se limita a arrojar sobre ella más basura en la ilusa esperanza de que no se aprecie la anterior. ¡Que brevedad! Pensar que, como decía Vázquez Montalbán, “eliminamos” a Franco para que nuevos absolutistas oportunistas incluso de “menor carácter” y profundo talante pusilánime usurpasen su lugar, sumerge en densas tristezas desposeídas de toda esperanza. Así, se muestra que incluso la esperanza residual, parada, hace cola eterna en las oficinas del trabajo ético esperando necesarios y necesitados despertares ciudadanos.  Por sensibilidad debida, heredada de la mayoría silenciosa de la que provengo y en la que habito, no por mí, asistiré al sepelio de todas y cualesquiera de sus razones; hace tiempo que no recuerdo mis lágrimas.
Es lógico que con su nueva actitud pretenden aplastarme y aplastar TODA razón: medida breve, por estéril, de gente despeñada en obscenos y particulares horizontes sucios aún más breves, que, en su prepotencia capciosa y dictatorial, ignoran de que estúpido paño estoy hecho (curioso que sean precisamente mis numerosos trabajos censurados quienes me hayan permitido alejarlo de insectos y polillas) y quizá también desprecian el mismo paño que la sociedad viste o vestirá.
AYER, HACIA LAS DOS DE LA TARDE, HE RECIBIDO POR VEZ PRIMERA UN ACTA JUDICIAL QUE DICE DEBO RETIRAR LAS DENUNCIAS CONTRA LA CORRUPCIÓN QUE DESDE HACE MESES PERMANECEN EN MIS BALCONES. ACOMPAÑANDOLA, SE ME HA ENTREGADO UNA CITACIÓN PARA UN JUICIO POR MISMO MOTIVO QUE TENDRÁ LUGAR MAÑANA DÍA 18, A LAS TEMPRANAS 9’45, EN LA SALA DE VISTAS 1 DE LA PLANTA 1ª DEL JUZGADO DE LA CALLE BUENOS AIRES. LA PETICIÓN DE AYUDA QUE TE SOLICITO NO ES SINO TU ASISTENCIA Y PRESENCIA EN TAL CIRCENSE DESPROPÓSITO. Inténtalo: mi soledad necesita tu apoyo y tu presencia. La entrada es libre y gratuita.
Vayamos por partes y perdonen la presunta extensión (quizá menor que la que su corrupción necesita y usa para pretender eliminar mi presencia y escritura durante un tiempo). ¿Se atreverán a regalarme vacaciones a la sombra por la correcta y debida denuncia (deber social de rotunda obligación) de la corrupción? ¿La libertad de expresión no es ya acaso privilegio y patrimonio de todos? ¿Acaso pueden repudiarla y reprimirla funcionarios, juezas y políticos corruptos? ¿Volverán a sus sucios y compartidos nidos las oscuras y siniestra golondrinas que atormentaban nuestra inconsciente infancia?
…………………………….
Mis denuncias en el balcón (pancartas, así las llaman) descubriendo al corrupto censor Javier Viar, a las juezas prevaricadoras enésimamente señaladas y al protector de corruptos Iñigo Urkullu, han dado, de momento, algún resultado y han agitado la insondable corrupción, al parecer, de nuevo, traspasando caminos inconstitucionales.
Hoy he recibido un par de comunicaciones turbias y oscuras. Capciosamente redactadas, faltando a la descripción de la realidad y ocultándola.
La primera es un auto, copia sin firma alguna, en el cual, la fecha ha sido cuidadosa e intencionadamente borrada con tipex para impedir su lectura y verificación. Ningún sentido posee ese borrado salvo su intencionado ocultamiento. Reza estrictamente como sigue (el tachado se corresponde al propio original):
TIPO DE RESOLUCION: AUTO
FECHA DE RESOLUCION: 4 de Julio de 2014
REQUERIMIENTO.- En Bilbao (Bizkaia), a xxxxxxxxxxxxxxxxx os mil catorce.
Yo, funcionario del Cuerpo de AUXILIO JUDICIAL, teniendo a mi presencia a JOSE RAMON SAINZ MORQUILLAS, con DNI/NIE 14394813X, que exhibe y retira, cuyas circunstancias ya constan, le requiero para que en el plazo de un día proceda a retirar las pancartas que se exhiben en la vivienda sita en la calle Banco de España, 1-1º izquierda de Bilbao, bajo apercibimiento de incurrir en un delito de desobediencia a la autoridad judicial, manifestando a este requerimiento que queda enterado.
Y en prueba de haber sido requerido, firma conmigo, certifico.
Este funcionario del cuerpo de auxilio judicial debe corresponderse a uno de los tres ertzainzas que se entrometieron en mi vivienda sin orden judicial alguna.
Se acompaña un breve auto protocolario de poco más de una página dictado por la magistrada Rosa María Serreta Pesquera que lo fecha en 4 de julio de 2014 y dice que en el día de la fecha se ha recibido de la fiscalía superior el escrito que antecede (NINGÚN ESCRITO SE ADJUNTA ¿CÓMO DEFENDERSE ANTE LO INEXISTENTE?) conminando a retirar las “pancartas” en el plazo de un día. La jueza dispone en él que se me requiera a su retirada para no incurrir en un delito de desobediencia a la autoridad judicial. Asunto muy curioso por su imposibilidad resulta que se señale en él un modo de impugnación: un recurso de reforma mediante escrito presentado en este juzgado en el plazo de tres días, contados desde la última notificación (esta ha sido tanto la última como la única). Acaba con la INEXISTENTE firma de la juez; tampoco existe la del secretario judicial; sus hipotéticas ubicaciones están vacías.
En primer lugar no consta si la retirada de pancartas que señala el acta pretende la defensa del corrupto censor Javier Viar, de las juezas prevaricadoras o del miserable protector de funcionarios corruptos, Iñigo Urkullu (quizá se pretenda evitar que denuncie toda y cualquier cosa en cualquier modo y tiempo). Es austera y alude a documentos que no constan ni se me han comunicado pese a pretenderse en ella lo contrario. Sólo a esas tres cuestiones puede referirse esa intencional represión de la Libertad de Expresión. ¿A cuál de ellas? ¿Cuáles debo retirar: solo algunas o todas? ¿Qué particular corrupción se trata de nuevo de proteger? ¿La administrativa, la judicial o la política? No puede ser una mera cuestión abstracta o estética, pues pueden observarse “pancartas” en numerosos balcones de Bilbao y seguramente no todas están colocadas por autorizados miembros afiliados al partido. La Constitución, norma que dicen de rango superior, lo deja meridianamente claro: la libertad de expresión no puede ser reprimida en ningún modo (perdón que mi inocencia abuse de la tontería: ¿acaso no presentó el censor museo una falsa e imposible demanda, sin entregar previamente los materiales a que el contrato le obligaba lo que hizo necesario un pacto con las juezas?; ¿no es esto un previo delito contra la administración de justicia que obligó a las juezas a devolver silenciosamente el museístico toro a los corrales?). No hay calumnia alguna en señalar unos hechos veraces que constan en la demanda, en la sentencia, en testigos, en pruebas y en otros documentos remitidos por mí a diversas instancias e instituciones sociales, políticas y judiciales. El silencio cómplice de estas, más allá de las definitivas e irrefutables pruebas, apuntan a mostrar su evidencia y su complicidad directa o indirecta en la corrupción; o su tolerancia de la misma. Bien es verdad que se puede decir a una juez rubia que es rubia y esta considerar maliciosamente que tal constatación es una injuria, calumnia o falseamiento de la verdad. Mi capacidad de crédito hacia la justicia se encuentra disminuida y mi experiencia constató que esas juezas prevaricadoras señalaron como aprobados y entregados los materiales que tanto yo como el museo y sus propios testigos, y diversas pruebas documentales, probamos fehacientemente que NUNCA fueron entregados; lo único que impidió la finalización de las obras y la muestra. Esperemos que esta nueva juez no pretenda reprimir de nuevo la libertad de expresión, que tampoco impida mis palabras y mi defensa y no señale que lo blanco es negro como usaron e hicieron las anteriores, por temor o dinero, con exhaustividad e intencionalidad expresamente torcida. De ello apelo a tu presencia.
En segundo, se me advierte de la posible presentación de un recurso dentro del plazo de 72-96 horas ante un juicio para el que, como advierte la citación que se me entrega al mismo tiempo, sólo quedan 44 horas incluidas en ellas mis obligados descansos. Podría aparentar ser un defecto formal, pero la voluntaria rapidez exigida en los papeles contradice inicialmente la posibilidad de preparar una defensa considerando las múltiples instancias, solicitudes, requerimientos, denuncias y quejas presentadas por mí a lo largo de esta década (e incluso anteriores; de ahí que entre los servicios que señalo en las pancartas ofertados por el PNV figure el de ladrones; no sólo porque se me obligue a pagar unas obras que nunca fueron aprobadas ni entregadas y que aún permanecen retenidas en dependencias del museo; hay más cosas). Aun así, esta premura se enfrenta abiertamente al indebido comportamiento de diversos funcionarios y jueces que han conculcado de continuo la Carta de Derechos de los Ciudadanos ante la Justicia, no respondiendo nunca a mis quejas, siquiera en el obligado plazo máximo de un mes. Tal inaudita inmediatez no parece pretender sino debilidad en mi defensa y ausencia de testigos.
En tercer lugar aparecen las cuestiones anómalas que afectan a las fechas. Las falsificaciones son ilustrativas. La ertzainza se presenta en mi domicilio el 27 de Mayo, hacia las 3’15 de la tarde para solicitar la retirada de las “pancartas”. Numerosos testigos pueden corroborarlo. Ninguna otra vez ha aparecido. Inmediatamente, con cierto temor a nuevas represiones, el mismo 27 de mayo publico mi primera entrada sobre el tema. Todo ello y su comportamiento queda descrito en el blog y en el comunicado desatendido e ignorado intencionalmente enviado al Ararteko. Este comunicado fue enviado al Ararteko en 10 de junio y publicado en el blog en la misma fecha. En cambio la fecha que señala el “auxiliar judicial” es la de 4 de julio. La jueza firma su acta en 4 de julio y señala que ese mismo día ha recibido instrucciones del fiscal a tal efecto. No parece inteligente la medida de haber borrado la fecha con el tipex, debiera Urkullu invertir presupuesto en técnicos más cualificados o inteligentes. Perdonen el suspense: aplicando el documento delante de una potente fuente de luz, se lee correctamente la fecha escrita bajo la maliciosa tinta: nada menos que el mismo 4 de julio. O sea que no existía orden judicial alguna, que se pretendió reprimir mi libertad de expresión y perpetrar la violación de mi domicilio en forma inconstitucional e indebida. Qué más quisiera yo que describir con tal anticipación hechos que sólo ocurrirán dos meses después: jugaría a la lotería. Pero el verdadero problema no está en esta tosca y nueva falsificación de hechos y datos (que recuerda los mismos métodos empleados por el Museo), sino en averiguar quién transformó a la ertzainza en una policía política al servicio de intereses ajenos a su cometido. ¿Quién realizó el encargo: una de las juezas, Urkullu?. Mañana o pasado presentaré una denuncia por nueva prevaricación en el juzgado. Es indudable que de tener voluntad y algún sentido residual de la justicia, ellos pueden averiguarlo. ¿Se atenderá o irá a la misma papelera que las anteriores?. Obviando esa inhabitual diligencia en la que fiscal, juez y policía coinciden casi en hora, lo que es visible es que la justicia resulta un escaso y artesanal trabajo de confección política a medida: que pena que no alcancen a poseer la profesionalidad de los nobles sastres. ¡Urkullu!, aumente los presupuestos del fondo de reptiles. Contrate gente mínimamente inteligente.
En cuarto aparece la ineficacia judicial que en su objetivo de proteger a las que pretende –imagino- deliberada y equívocamente llamar víctimas (¿el corrupto Viar, las prevaricadoras juezas, su protector Iñigo Urkullu?) es contundente. La dilación es inmensa. Desde ese supuesto día de 4 de julio en que la policía acudió a mi vivienda sin orden judicial alguna han transcurrido dos meses (un par más desde la auténtica fecha). ¿Tanto han tardado en manipular los hechos? ¿A qué se debe tal tardanza hasta este PRIMER y ÚNICO comunicado que se acompaña de una citación para un juicio en dos días? De haber existido esa orden judicial, ¿qué impidió a la ertzainza, como se le comunicó advirtiéndoles que sin ella estaban cometiendo un delito, que volviesen con ella para analizar su contenido y aceptar o rechazar sus requerimientos? ¿a qué se debió esa falta de diligencia? ¿no sería ella la causante de los hipotéticos daños en el caso de que tras su presentación yo hubiese considerado su requerimiento? (soy un mal pensado –piensa mal y acertarás-: me viene ahora a la memoria la fecha borrada intencionalmente en el acta referida arriba)
En quinto, la paradoja de un recurso inviable e imposible tanto por la ingente documentación que debe ser presentada como por la desconexión entre los procedimientos ¿a qué sirve presentar un recurso el día 19 o 20 frente a un juicio que ya se ha celebrado el día 18. No sé si pensar que, de nuevo, según se mire, está todo mal pensado o está todo bien pensado. 
El sexto y principal supone una nueva prevaricación al contradecir expresamente diversos artículos de la Constitución. Si bien esta concede incuestionable libertad de expresión, advierte más tarde lateralmente sobre la calumnia, señalando que la verdad puede (y creo debe) ser publicada. Lo pretendidamente denunciado en este auto que comentamos, para serlo, debiera ser pues hecho y acto calumnioso, contrario a la verdad (¿que sería del arte, de la literatura o de la misma prensa si una juez puede reprimirlos aleatoriamente por decir la verdad?). Es incuestionable que el Museo cometió inicialmente un delito contra la administración de justicia al presentar una demanda falsa que, además de cientos de anomalías y falsificaciones, incorporaba en sus propias pruebas la constatación de que nunca los materiales a que el contrato le obligaba habían sido aprobados ni entregados. Queda también auto probada al interior de la sentencia la prevaricación judicial, al quedar falsamente señalado por las juezas que dichos materiales habían sido aprobados y entregados. El cómplice silencio de Urkullu ante el envío de mi burofax narrando los hechos y las tropelías previas de sus funcionarios, muestra en forma nítida su apoyo a la corrupción. La exposición no pudo realizarse debido a ello y por única culpa y responsabilidad del Museo: censura pura y dura. Contrariamente, por defensa de la hermética sociedad y de la actual inútil democracia, creo que es deber de la ciudadanía denunciar la corrupción. Resulta cuando menos extraño que mientras mis denuncias desaparecen o se rompen en el juzgado, que cuando se conculcan los derechos de los ciudadanos respecto a la justicia, que mientras todo el mundo institucional que debiera ser responsable se inhibe y silencia los hechos advertidos y denunciados de continuo, se tolere y defienda la represión y su ocultamiento por parte de un sistema profunda y sistemáticamente corrupto.
……………
Queda sólo por comentar la cédula de citación a ese extraño juicio. Lo haré muy brevemente en pocas líneas. RECORDARTE ANTES MI PETICIÓN DE APOYO Y AYUDA: TU ASISTENCIA A DICHA FARSA FRAUDULENTA. Los hechos que se me imputan son escuetamentedesobediencia de autoridades o funcionarios. Lo cual sitúa el problema en considerar si su represión de Libertad de Expresión y su Violación de mi Domicilio tenían corrección al poseer tras ellos una orden judicial. Esta resultó inexistente. Ya a los tres policías presentes se les comunicó que sin orden judicial estaban cometiendo un delito. ¿No señala la Constitución la Libertad de Expresión y la Inviolabilidad del Domicilio? ¿Cree acaso la juez que, sin orden judicial alguna, como sus propios documentos y narraciones muestran descarnadamente, puede la policía conculcarlas e ignorarlas? ¿No es ello dar prerrogativas a una policía política frente a una policía al servicio del ciudadano? ¿Cree que puede la ertzainza suplantar unilateral e independientemente las decisiones de un juez? ¿No es acaso ya este un Estado de Derecho? ¿No queda probado, pese a los intentos de borrado, que los hechos son anteriores a la fecha del auto y por tanto una usurpación indebida de funciones, un delito contra la propia Administración de Justicia, una suplantación inconstitucional, indebida e intolerable, de deberes, cargos y funciones, y al tiempo, una eliminación de mis derechos?
A ello debiera atender la juez, en vez de a impedir la debida y correcta denuncia de las corrupciones administrativas, políticas y judiciales.

Nos vemos mañana 18 a las 9’45. Suerte. Divulga este envío que también incluiré ahora mismo en el blog. Gracias.


Mi respuesta:

Siento no poder asistir por motivos de salud.
Publico tu carta en mi blog y en las redes sociales.
Mis seguidores la leerán.
Te deseo toda la suerte del mundo.
Un abrazo
B.

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